Un compromiso con la inclusión, un compromiso con la infancia @AlesZami


Un análisis de APOYAR PASO A PASO el aprendizaje de niños y niñas con necesidades especiales en el aula de infantil. Susan R. Sandall e Illene S. Schwartz

Ales Arrillaga Imaz *

Hacia una inclusión verdadera 

No resulta sencillo trasladar los valores de la inclusión al terreno de las prácticas. Para trabajar con los niños y las niñas con discapacidad o riesgo, en nuestra etapa a menudo recibimos desde instituciones externas consejos u orientaciones que son difíciles de llevar a cabo en el aula ordinaria: que hagamos cosas sólo con él o ella mientras dejamos al resto del grupo haciendo otra cosa, que sigamos con él o ella un programa completamente diferente al del resto del grupo, …

Parecería que estas criaturas sólo aprenden y progresan en su desarrollo cuando salen del aula con PT o AL para trabajar individualmente, o cuando reciben tratamiento especializado en un centro externo. Cualquiera se habrá preguntado alguna vez ¿pero la inclusión consiste en ésto, en que trabaje siempre a solas? ¿De verdad que no aprende nada de lo que hacemos en el aula? ¿Que sólo se socializa?, etc.

Sin embargo, la inclusión supone no sólo la presencia de este alumnado en las aulas ordinarias, sino también su participación en las actividades y su aprendizaje, esto es, obtener resultados significativos en su desarrollo. A la hora de afrontar este reto con frecuencia encontramos que no siempre tenemos la formación necesaria, que tampoco siempre los dictámenes nos ayudan a entender las especiales necesidades de un niño, que las orientaciones realmente no siempre nos orientan, o que a menudo los DIAC no nos ayudan a planificar con el grado de concreción que necesitaríamos para cada día, cada actividad, cada hora.



Necesitamos herramientas, buenas herramientas 

Para que nuestras prácticas sean a la vez eficaces e inclusivas –como señala Gerardo Echeita en el prólogo del libro– hace falta una tecnología, un repertorio de técnicas y estrategias que sea coherente con los valores de la inclusión y que a la vez ofrezca resultados para el progreso de estas criaturas. Y aquí surge Apoyar Paso a Paso, un libro práctico que nace de la práctica de profesionales de la Educación Infantil y de la Atención Temprana en contextos naturales y que proporciona un modelo de intervención experimentado y riguroso, que ofrece resultados contrastados por numerosas investigaciones.

El libro parte de dos principios: la necesidad de sistematizar la intervención y la necesidad de que estas criaturas participen en el aula. Al contrario que las criaturas con desarrollo normalizado, que disponen de recursos personales para sacar partido de situaciones poco estructuradas, de propuestas no muy ajustadas, los niños y niñas con necesidades especiales nos obligan a hacer una planificación muy cuidadosa de sus objetivos de aprendizaje, a persistir de forma intencional y sistemática en situaciones que favorezcan esos aprendizajes, y a evaluar el nivel de consecuciones antes de planificar unos nuevos objetivos. ¿Por qué ocurre ésto? Porque las características de estos niños muchas veces hacen difícil que saquen partido de forma espontánea a las oportunidades (materiales de juego, actividades) que ofrece un aula de infantil. Pueden presentar poco tiempo de atención, intereses restringidos, una menor memoria de trabajo, dificultades motrices…

La siguiente necesidad está vinculada a la anterior: la investigación ha mostrado repetidamente que este alumnado explora poco los materiales del aula, que se le hace difícil involucrarse en las actividades, que interactúa poco con sus iguales mientras que prefiere centrarse en las relaciones con sus profesores y profesoras. Por ello para su aprendizaje es clave aumentar su participación en el aula, que se implique a fondo en las actividades para beneficiarse de los recursos presentes. Evidentemente no podemos hablar de inclusión sólo con la mera presencia de estas criaturas en el aula ordinaria, sin que participen realmente ni aprendan en ella.

Optimizar la intervención educativa 

Para superar estas dificultades, el libro propone dosificar nuestras intervenciones o apoyos para dar respuestas ajustadas a sus necesidades de aprendizaje, mediante una graduación que estructura en cuatro niveles:
  • Asegurar la calidad del aula 
  • Ajustes del currículo 
  • Oportunidades de aprendizaje integradas 
  • Estrategias específicas centradas en el niño. 
Partimos de que el aula es de calidad, de que los materiales, espacios y tiempos favorecen el aprendizaje de los niños y niñas. Que los materiales están a su alcance, que hay un equilibrio entre las actividades iniciadas por la maestra y por el niño, entre actividades movidas y tranquilas, que la temporalización es previsible… o que las producciones de los niños adornan el aula. Esto ha sido formulada por las escuelas de Reggio en la idea de que el ambiente es un educador más.

En este aula de calidad puede ser necesario ofrecer ajustes individuales en el currículo para estas criaturas: puede que con poner unos pictos se solucione un problema, o que baste con reservar un sitio fijo en el corro para que el niño esté tranquilo, o que simplemente con colocar los materiales de una manera más clara el niño se anime a usarlos, o que al descomponer en partes una actividad compleja el niño pueda sentir el éxito de acabar su tarea…. El libro aporta montones de sugerencias y ejemplos como respuesta a las situaciones problemáticas que surgen en el día a día. También ofrece una clasificación de estos ajustes del currículo en ocho categorías, lo que nos ofrece un esquema que, una vez hemos asimilado, nos ayuda a generar diferentes alternativas con las que hacer frente a un problema o favorecer el aprendizaje...

Cuando esto no funciona será necesaria una intervención más sistemática, pero siempre utilizando las situaciones naturales que ocurren en el aula. La idea es que podemos insertar nuestra intervención en las situaciones naturales que se presentan a lo largo del día cuando los aprendizajes son pertinentes en ese momento: intervenciones planificadas en situaciones previsibles a la hora del patio, en el momento de los rincones, en la comida…esto es, aprovechamos ciertas situaciones para intervenir de la forma más natural posible, lo que aumenta enormemente las posibilidades de que el niño generalice esa consecución.

Si esto tampoco funciona será necesaria una intervención todavía más intensiva. Es el momento de poner en marcha, en las mismas situaciones que en el caso anterior, refuerzos, incentivos e instrucciones aún más específicos. De nuevo, tomar conciencia de las diferentes herramientas con las que contamos nos permitirá un mayor control de las situaciones. Planificarlas y evaluar sus resultados es clave para el éxito.

En muchas ocasiones estas criaturas tienen necesidad de apoyo en algunos temas que plantean una preocupación especial a maestras y educadoras como son la autonomía, una relación con los iguales, el cumplimiento de las normas, la aproximación al lenguaje escrito. El libro ofrece un marco general de actuación que integra los cuatro tipos de intervención descritos.

Un compromiso con la inclusión, un compromiso con la infancia 

Como vemos, el compromiso por educar en aulas ordinarias a niños y niñas con nee nos plantea retos. Ser más reflexivas, más conscientes de cómo aprenden los niños, más sistemáticas en nuestra intervención nos permite dar mejor respuesta a ese reto.

La clave es comprender que no todos los niños aprenden de la misma manera, ni al mismo tiempo, ni haciendo lo mismo, ni con la misma ayuda. Esto requiere que utilicemos las herramientas adecuadas, que replanteemos expectativas y metodologías, que adaptemos nuestro trabajo a las necesidades del niño, de todos los niños.

La línea de actuación que propone el libro nos facilita llegar a saber más y mejor cómo aprenden los niños –cómo aprende cada niño–, nos ayuda a optimizar nuestra intervención educativa. Pero no sólo para estas niñas y niños “especiales”; lo que es bueno para ellos y ellas mejorará también las condiciones del resto de niños. Si además trabajamos en equipo, las posibilidades de éxito se multiplican. Una vez más podemos decir que “hace falta la tribu entera para educar a un niño” .

Artículo inicialmente publicado en la revista ESCUELA INFANTIL ENERO-FEBRERO 2014 

* Ales Arrillaga Imaz.

Maestro de Educación Infantil. Psicólogo. Máster en Atención Temprana. Formador.

Ha trabajado durante años en escuelas infantiles, en los seis niveles de la etapa. Ha sido director durante tres cursos. Participó en la elaboración del título (definición y currículo) del Ciclo Superior de Educación Infantil (INCUAL-MEC). Ponente en congresos de AT, en temáticas vinculadas al papel de la escuela infantil. Formador (UCM, La Salle) sobre el tratamiento de necesidades especiales en el aula de Infantil.

Responsable de la revisión pedagógica del libro “Apoyar paso a paso”.

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